¿Con ganas de más ideas para que tu curioso sea un ávido lector? Mira qué tal estas.
La hora del cuento. Te puede parecer repetido, pero ese momento en el que cuidadores y curiosos se encuentran para leer, es un regalo de amor, como te lo decimos en este artículo. Como ejemplo, cuando nuestros curiosos eran pequeños, les leíamos el cuento que elegían. Si era muy largo, podíamos dividirlo en varias sesiones. En la medida que han ido creciendo, hemos elegido cuentos más largos y complejos a la hora de dormir, pero siempre los leemos nosotros. Piensa que nuestra voz, contando una historia, puede ser un bálsamo luego de un ajetreado día.
Otro tip: ¡Lee! El ejemplo es una de las formas de aprendizaje más efectivas. Si nuestros curiosos ven que hay libros en casa, que andamos con libros que leemos, aunque sea ocasionalmente, si les contamos lo que estamos leyendo, o que logramos terminar un libro, los estamos alentando a hacerlo también.
Que aprecien los libros como fuente de información. Hace no mucho tiempo, los libros eran nuestra principal herramienta para consultar temas de conocimiento variados: las enciclopedias, los libros especializados, de materias, los álbumes, entre muchos otros. Cuando los niños nos hacen una pregunta, tratemos de no ir directo a internet. Antes, bien podemos llevarlos a consultar algún libro que la responda, enviarlos con el bibliotecario o el encargado de la librería buscando alguna recomendación. También motivarlos con algun título en el que puedan leer alguna curiosidad y aprender algo nuevo. También hay a la venta muchos libros interesantísimos, creados para niños, que hablan de distintas temáticas, que terminan siendo como nuestras antiguas enciclopedias. ¡Tenlos siempre a la mano!