En casa tenemos siempre la costumbre de leer, junto con el título del libro, el nombre del autor y del ilustrador. Un buen día, estos curiosos se dieron cuenta de ello: los libros los escribe y los dibuja alguien (no metamos por ahora en esto a la inteligencia artificial). Al día siguiente, ya querían convertirse en escritores e ilustradores de su propio libro.

No siempre resulta tan evidente para nuestro curioso que los libros los escribe e ilustra una persona como tú, o como yo. Cuando se percata de ello, suceden varias cosas: reconoce una profesión: la del escritor y la del ilustrador. Reconoce que alguien usó su imaginación, junto con su experiencia, para crear y compartir su obra con muchas personas. Que ese libro ha sido revisado y enviado a imprimir en una Imprenta, un lugar donde se plasman en papel y otros materiales letras y dibujos. Un lugar nuevo para curiosear.

Y algo muy simpático que ocurre también, es que nuestro curioso puede encontrar varios libros del mismo escritor. Igual ocurre con los ilustradores, algunos tienen un estilo particular que los niños pueden reconocer en distintos libros. Podría convertirse en admirador de algún escritor en particular, buscar más libros de ese autor, estar pendiente de nuevas publicaciones, inclusive, ponerse en contacto con él para felicitarlo por su trabajo ¡Es muy emocionante escribir a los autores y recibir una respuesta!