Los curiosos se someten a muchos estímulos y situaciones. Por ejemplo: olvidan los materiales para una actividad en el colegio, pasan frío en una mañana helada, se les acaba algún bocadillo preferido. Todas estas situaciones y muchísimas otras le pueden generar un sentimiento de rabia —frustración, para ser más exactos—, que pueden tener consecuencias poco agradables para el propio curioso y para quienes orbitamos a su alrededor.
Como adultos a su cuidado, podemos vernos tentados a evitarles estas complicaciones dándole las soluciones, o insistiendo con vehemencia para que hagan lo que les pedimos, con tal que no sufran las consecuencias de una decisión mal tomada. Pero, ¿qué pasa si todas las veces nos lanzamos como salvavidas antes de que ocurra cualquier problema? ¿Qué le sucede a nuestro curioso si siempre nos adelantamos a las consecuencias o tomamos las decisiones por él? La respuesta es simple pero difícil de ver, a la luz de la protección que muchas veces queremos desplegar sobre nuestros inexpertos curiosos. Un profesor nos decía que todos los niños deben recibir una “dosis adecuada de frustración”. A lo largo de los años y las experiencias, estas palabras han ido adquiriendo sentido, dando cuenta de la importancia de que los curiosos asuman las implicaciones de sus decisiones.
Por ejemplo, un niño que se come una bolsa de bocadillos entera, pues no tendrá para más tarde o para la siguiente merienda (también es probable que tenga un fuerte dolor de barriga). Un curioso que no polanifica sus materiales el día anterior, se verá en problemas para completar el trabajo en el colegio. Otro que se niegue a usar ropa abrigada en las mañanas, pasará frío. Pequeñas acciones pueden evitar pequeños problemas. Cuando éstos sean grandes, estarán más preparados.
Recuerden que los salvavidas sólo se usan en caso de emergencia.
Como adultos, ojalá podamos llegar a un punto de equilibrio donde nuestro curioso comprenda cómo funciona el mundo: nuestras decisiones dan lugar a ciertas situaciones y debemos asumirlo. Así, con paciencia, instancias de conversación y comprensión, lo ayudaremos a ser independientes y responsables de sus acciones.